Por: Redacción
El Hajj es un viaje increíble.
Es un viaje física y psicológicamente muy demandante, un ritual de purificación y un ensayo del Día del Juicio.
A pesar de esto desafíos, al completar el Hajj mucha gente describe un sentimiento de paz como ningún otro.
Desafortunadamente, no todos los que van al Hajj obtiene esto.
Hay quien vuelve del Hajj quejándose, otros ostentando, o lo que es peor, con un secreto sentimiento de orgullo. En estos casos ¿qué es lo ha ido mal y cómo podemos evitarlo?
La preparación adecuada
La forma en la que nos preparamos para el Hajj es fundamental en como lo experimentamos.
Para millones de personas en todo el mundo esta preparación ocurre las semanas, e incluso meses, antes de que salgan. Preparan sus equipajes, planean el viaje, piden los visados y preparan los medios para su familia mientras están fuera. Se dedica mucha energía a esta preparación.
Pero ¿qué pasa con la preparación espiritual? ¿Cómo se prepara una persona espiritualmente para el Hajj? ¿O es que de repente, cuando ves la Kaabah, hay algo que hace ‘click’ y el espíritu se ocupa de sí mismo?
Bueno, parece que no es así exactamente.
Allah nos dice en un versículo del Corán que habla del Hajj:
Ya se sabe cuáles son los meses de la peregrinación. Quien decida hacerla en esos meses se abstendrá durante la peregrinación de la relaciones íntimas, de cometer actos impíos y de discutir. Allah conoce el bien que hacéis. ¡Aprovisionaos! La mejor provisión es el temor de Allah… ¡Temedme, pues, hombres de intelecto! (Corán, 2:197)
Los eruditos pueden hablar largo y tendido sobre este tema, pero quizás el principio para nosotros en pensar cómo obtenemos taqwa sea con nuestra intención. Para empezar, ¿por qué hacemos este viaje?
Al contrario de la mayoría de viajes que hacemos en nuestra vida, el motivo de este viaje no es obtener algún placer mundano o ganancia;sino entregar nuestro tiempo y energía y a esforzarnos por obtener la complacencia de Allah.
Y qué será lo que obtendremos a cambio de esto ¿ nos sentiremos diferente o cambiados de alguna forma?
A medida que nuestro viaje durante el Hajj avanza, nos sorprenderemos de la cantidad de veces que tendremos que recordarnos nuestra intención. Esmuy fácil distraerse. Alredor del Masyid Al-Haram hay muchas cafeterías, restaurantes y centros comerciales. El renovar la intención constantemente y acordarnos de los pocos momentos que tendría para estar en Meca nos hará priorizar el tiempo.
Si tenemos la intención correcta, muchas de las cosas durante el Hajj se colocarán en su sitio; pero la intención no siempre es suficiente.
En cada minuto eres un invitado de Allah
El Profeta Muhammad, que la paz sea con él, no dijo que los peregrinos que hacen el Hajj cada años son invitado de Allah, y Allah es el más Generoso. Una de las formas que nos podemos preparar para el Hajj es considerar cada momento de este viaje como un regalo de Allah y una oportunidad para obtener Su complacencia.
Hemos de recordar poner esto en práctica en el momento en el que emprendemos nuestro viaje. Es probable que haya muchas situaciones en las que tengamos que esperar largas horas o que estemos de tránsito muy lento entre lugares. Puede que haya situaciones en las que nos sintamos frustrados o alterados, recordar esto no puede ayudar.
Un buen consejo que se puede dar es el usar todos estos ‘tiempos muertos’ para recitar Corán. Que el Corán sea nuestro compañero mientras tenemos que hacer cola, estamos atascados en el tráfico en el autobús o simplemente esperamos a nuestro grupo. Somos los invitado de Allah, por lo que, después de todo, es normal que leamos Su palabra.
Haz que tus palabras cuenten
Mucha gente habla mucho durante el Hajj. Hablan de todo, sus trabajos, sus familias, su pasado y planes futuros… también los hay que se pasan el día haciendo bromas (de vez en cuando puede aligerar el ambiente, pero no todo el tiempo).
El Profeta nos advirtió sobre como usamos nuestra lenguas. No advirtió sobre el hablar en exceso o de forma vana. No recordó que hiciésemos que cada palabra contase como una buena acción y nos recordó que la ‘cosecha’ de nuestras lenguas sería una de las cosas que más gente llevaría al castigo en la próxima vida.
Cuando estamos en el Hajj es especialmente importante acordarnos de estas recomendaciones. La charla vana y superficial nos distrae y nos hace olvidarnos de nuestra intención principal. Estar en silencio, cuando no hay nada necesario de lo que hablar, puede ayudarnos a concentrarnos mejor y prestar atención a nuestros pensamientos, estado y acciones. En cualquier caso, deberíamos ocupar nuestras lenguas con la talbiyah (decir constantemente [en árabe, si es posible]: “Aquí estoy, oh Allah. En respuesta a Tu llamada. No tienes asociado. En respuesta a Tu llamada. Todas las alabanzas y bendiciones, y el señorío de todo lo creado Te pertenece. Tú no tienes asociado). Y con otras formar de dhikra (recuerdo de Allah) para beneficiarnos al máximo.
Ser modesto
El Profeta nos recordó de la valía de la modestia y la humildad. Hemos de mantener esto en mente constantemente para poder centrar nuestra atención en el Hajj y sus beneficios, pues es muy fácil distraerse con la cantidad de comercios, cafeterías y restaurantes que hay en Meca.
También en nuestro trato con la gente, puesto que, inevitablemente dado el número de peregrinos, nos enfrentaremos a situaciones en las que se no pondrá a pruebe la paciencia y el perdón. Hemos de recordar que para llevar a cabo un Hajj valido, hemos de procurar mantenernos en calma y no enfadarnos.
Un desafío, pero increíble
Con la preparación adecuada, el Hajj puede ser uno de las acciones con mayor recompensa que hagamos en nuestra vida. Precisamente porque es un desafío en muchos sentidos, algo que el Profeta, que la paz sea con él, ya dijo, la recompensa puede ser inmensa.
La recompensa no es otra que la de volver a nuestros hogares libres de todas las faltas; y esto no aporta un sentimiento de paz y tranquilidad como no hay otro.