Por: Abu Amina Elias
La atención y consciencia plena -mindfulness- en el Corán y la Sunnah (al-muraqabah) es un estado espiritual en el que el creyente es consciente de la conciencia de Allah, Todopoderoso, sobre sus estados internos y sus acciones externas. Es cuando el corazón y la mente están ocupados con el recuerdo de Allah y están ante Él en el momento presente; en oposición a cuando el corazón y la mente están en un estado de vagabundeo, negligencia u olvido.
La base del mindfulness en el Corán y la Sunnah es el conocimiento de que Allah Todopoderoso nos está observa en todo momento, ve nuestros actos, conoce nuestros sentimientos y escucha nuestros pensamientos más íntimos. Es la comprensión del creyente del hermoso nombre de Allah “el Observador vigilante” (Al-Raqib).
Allah dice:
Realmente Allah os está observando. (Surat al-Nisa, 4:1)
Y Allah dice:
Sabed que Allah conoce lo que hay en vuestras almas, así pues, temedle y sabed que Allah es Perdonador e Indulgente. (Surat al-Baqarah, 2:235)
Ibn al-Qayyim definió muraqabah de la siguiente manera:
Conocimiento continuo y convicción del siervo con conciencia de la Verdad, la gloria sea con Él, en sus estados externos e internos. (Madārij al-Sālikīn 2/65)
Y también proporcionó otra definición:
Se dice que la “atención y consciencia plena” (mindfulness) es observar el corazón, consciente de la Verdad, en cada pensamiento y cada paso. (Madārij al-Sālikīn 2/66)
Y otra vez:
Conciencia continua del objetivo y significado y presencia continua del corazón con Él. (Madārij al-Sālikīn 2/66)
Implícito en el término árabe muraqabah está una interacción mutua entre dos partes. Allah siempre es consciente de nosotros, de modo que cuando nosotros somos conscientes de Él, somos conscientes mutuamente. En otras palabras, somos conscientes cuando somos conscientes de la conciencia de Allah de nuestro más íntimo ser. Esto significa que no solo debemos tener en cuenta a Allah, sino también tener en cuenta nuestro ego humano (nafs) y su tendencia a desviarnos hacia la insensatez (ghaflah).
Mindfulness en Islam -la atención y conciencia plena- es equivalente a la virtud de la excelencia espiritual (al-ihsan), definida como adorar a Allah como si uno pudiera verlo. En su forma más pura, es el estado espiritual más elevado que un creyente puede alcanzar.
Umar ibn al-Khattab transmitió que el Ángel Gabriel fue al Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con él, y le preguntó: “¿Qué es la excelencia?” El Profeta, la paz sea con él, dijo:
La excelencia es adorar a Allah como si lo vieras, porque si no lo ves, Él te ve a ti. (Ṣaḥīḥ Muslim 8, Grado: Sahih)
Al-Qushayri comentó este Hadiz escribiendo:
Mindfulness -atención y conciencia plena- es el conocimiento de un sirviente que el Señor Todopoderoso es consciente de él. La persistencia en este conocimiento es la atención y consciencia plena del Señor. Este es el origen de toda virtud. Difícilmente se puede alcanzar este rango a menos que la persona se esfuerce en la autodisciplina. Por esto sabe que su Señor, Todopoderoso lo observa y está cerca de su corazón. Él conoce sus estados internos, ve sus acciones y escucha sus palabras. (al-Risālat al-Qushayrīyah 1/329)
La atención y conciencia plena es ser consciente de nuestros sentimientos, pensamientos y “diálogo interno” (hadiz al-nafs) en relación con Allah. Un creyente atento tiene cuidado de no entretener pensamientos negativos al hablar de ellos para sí mismo.
Abu al-Abbas transmitió que preguntó a Ja’far ibn Nasir, que Allah tenga piedad de él, acerca de la atención y conciencia plena (al-muraqabah). Ja’far dijo:
Es estar atento al ser más íntimo de uno, debido a la conciencia del Señor Todopoderoso en cada pensamiento. (al-Risālat al-Qushayrīyah 1/331)
Y Al-Qushayri escribe:
Algunos de los predecesores dijeron: Quien sea consciente de Allah Todopoderoso en sus pensamientos, Allah lo protegerá en sus extremidades. (al-Risālat al-Qushayrīyah 1/330)
En lugar de hablar con nosotros mismos acerca de los pensamientos aleatorios que surgen en la mente, nos entrenamos a través de la práctica de la atención plena para observar nuestros pensamientos y, si lo elegimos, permitir que se desvíen devolviendo nuestra conciencia a Allah. Queremos tener el control de nuestra mente, no dejar que nos controle llevándonos por un camino de pensamiento no deseado.
Otra perspectiva desde la cual ver el mindfulness en Islam -la atención y conciencia plena- es la “presencia” (al-hudur) en el corazón y la mente.
Al-Qusharyi escribe:
En cuanto a la presencia, es que uno está presente con la Verdad, ya que estar ausente de la creación es estar presente con la Verdad… Eso se debe a que nuestro corazón está ocupado por el recuerdo de la Verdad, de tal manera que uno está presente ante su Señor Todopoderoso. En la medida en que uno está ausente de la creación, uno está presente con la Verdad. (al-Risālat al-Qushayrīyah 1/174)
Una mente errante no es consciente, observa o está comprometida con el momento presente (al-waqt), sino que está pensando o hablando sobre el pasado, el futuro u otra cosa. La práctica de la atención y conciencia plena nos entrena para volver a centrar nuestras mentes errantes en Allah al calmar nuestro diálogo interno.
Al-Qushayri transmitió que a Abu Bakr al-Farisi, que Allah tenga piedad de él, se le preguntó sobre la práctica del silencio interior. Abu Bakr dijo:
Es abandonar la preocupación por el pasado y el futuro. (al-Risālat al-Qushayrīyah 1/247)
El mindfulness islámico -la atención y conciencia plena en el Islam- centra nuestra conciencia sobre Allah en el momento presente. Sin embargo, hay momentos en que debemos atender los asuntos de la creación y nuestra atención se centra inevitablemente en estas necesidades. Esto no es perjudicial, ya que es necesario, y la habilidad de la atención y conciencia plena que cultivamos a través del recuerdo de Allah a su vez beneficiará nuestros asuntos mundanos, incluido nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Al-Qushayri escribe:
También se dice que se refiere a la experiencia sensorial del sirviente, de su condición personal y la condición de la creación, en la que él está presente, lo que significa que ha regresado de la ausencia. Esto es presencia con la creación. (al-Risālat al-Qushayrīyah 1/174)
Esta es la diferencia clave entre el mindfulness islámico y el mindfulness secular. El Islam nos enseña a ser conscientes de nosotros mismos en relación con Allah, mientras que el mindfulness secular enseña a las personas a ser más conscientes de sí mismas sin ninguna creencia religiosa en particular. La atención plena secular ha demostrado beneficios mundanos, por supuesto, pero no beneficiará en el Más Allá a menos que vaya acompañada de creencia.
A través de la práctica del mindfulness, la atención y conciencia plena, el creyente establece el hábito de recordar a Allah en todas sus actividades, ya sea en la adoración o en actos relativamente mundanos, como vestirse por la mañana.
Al-Ghazali escribe:
La persona sabia no es ajena a recordar el Más Allá en ningún momento, ya que es su destino final y lugar de descanso. En todo lo que ve de agua, fuego o cualquier otra cosa, hay una lección y una advertencia, ya que un hombre mira las cosas según sus preocupaciones. (Iḥyā ’Ulūm al-Dīn 1/139)
Es decir, si nuestra preocupación final es encontrarnos con Allah en el Más Allá y nos entrenamos para ser conscientes de esta preocupación, veremos signos de ello constantemente durante todo el día. Una de las señales más obvias, especialmente para las personas diestras, es la mano derecha misma. Allah nos informa que los justos creyentes recibirán su libro de obras en la mano derecha el Día del Juicio.
Allah dice:
Así pues al que reciba su libro en la derecha, se le tomará una cuenta fácil y volverá a su gente contento. (Surat al-Inshiqaq 84: 7-8)
Por esta razón, Al-Ghazali recomendó a un adorador, que comienza la ablución con su mano derecha como se prescribe en la Sunnah, que recuerde a Allah y recuerde el Más Allá diciéndose a sí mismo:
Oh Allah, dame mi libro de obras en mi mano derecha y juzgame con una contabilidad fácil. (Iḥyā ’Ulūm al-Dīn 1/134)
Por lo tanto, la mano derecha se convierte en un recordatorio siempre presente para el creyente de su deseo de ser juzgado entre los justos en el Más Allá. Esta es la razón por la cual el Profeta, que la paz sea con él, generalmente comenzaba todas las actividades con su mano derecha.
Aisha transmitió:
Al Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, le gustaba comenzar por el lado derecho al ponerse los zapatos, peinarse, realizar su ablución y en todos sus asuntos. (Ṣaḥīḥ al-Bukhārī 166, Grado: Muttafaqun Alayhi)
Ya sea en actos de adoración o tareas mundanas, comenzar con la mano derecha es un hábito diseñado para aumentar nuestra conciencia de Allah en nuestra vida diaria y para recordarnos nuestra responsabilidad de prepararnos para la vida venidera.
El mismo principio es cierto para las diversas rutinas diarias realizadas por el Profeta, que la paz sea con él, a lo largo de su día, incluidas sus muchas súplicas específicas para ciertas tareas. Estos procedimientos muy deliberados, cuando se realizan de manera consciente, nos ayudan a vivir de manera estructurada y guiada en el recuerdo de Allah, a diferencia de los animales que están acostumbrados a seguir sus caprichos y deseos fugaces.
Al-Ghazali escribe:
No pienses que las acciones del Profeta, que la paz sea con él, en todos sus movimientos carecían de significado, reglas o procedimientos. Más bien, todos los asuntos preferidos que hemos mencionado se realizan habitualmente de dos o más formas, no por un consenso específico, sino por una razón que requiere dicho procedimiento y le da prioridad. Porque proceder descuidadamente es como la disposición de los animales, pero el gobierno de los movimientos con significados significativos es la disposición de los aliados de Allah Todopoderoso… Buscamos refugio en Allah de que el control de nuestro movimiento y quietud esté en manos de los demonios por medio de nuestros caprichos (Iḥyā ’Ulūm al-Dīn 1/142)
Cuando practicamos hábitos de la Sunnah con atención y conciencia plena, estos son recordatorios diarios de Allah y el Más Allá. Nos entrenan para pasar por la vida deliberadamente en oposición al capricho, no como aquellos con mentes errantes que pasan sin rumbo por la vida en “piloto automático”, por así decirlo.
En resumen, el Mindfulness en el Corán y la Sunnah -la atención y conciencia plena- es el estado de conciencia de uno mismo en relación con Allah. En su forma más pura, es el estado espiritual más elevado que un creyente puede alcanzar. La atención plena implica estar presente con el corazón y la mente ante Allah en el momento, en lugar de pensar en el pasado, el futuro o cualquier otra cosa. Los creyentes conscientes aprenden cómo silenciar el “diálogo interno” dentro de sus seres internos al redirigir habitualmente su atención a Allah Todopoderoso. La atención plena lograda a través de la oración y la meditación se extiende a toda la vida del creyente a través de los hábitos, las rutinas y las súplicas de la Sunnah.
Fuente: Abu Amina Elias / Traducido con ligeras modificaciones editoriales por newmuslim.net