Por: Redacción
Todo mumin (creyente) es muslim (musulmán) pero no todo muslim (quien se somete) es necesariamente un mumin. El término mumin implica que una persona tiene una creencia firme y que actúa de acuerdo a ella, mientras que muslim es un persona que somete su voluntad a la Voluntad de Allah, esto es que acepta que Allah es el Dios único y que este ha enviado la guía a través de Sus mensajeros a la humanidad. Quien es muslim está sometido a esta realidad pero puede que actúe de forma errónea, como por ejemplo bebiendo, obteniendo riqueza de forma no lícita o buscando la compañía de mujeres. El muslim puede que lleva a cabo estas acciones incorrectas, pero sabe que están prohibidas y las acepta como tal, simplemente la creencia no ha penetrado de forma firme en su corazón como para impedirle hacerlas. Esta es la primera etapa. Cuando una persona se vuelve mumin, un creyente sincero, entonces es cuando la creencia ha penetrado en su corazón y no solo acepta esta sumisión sino que actúa de forma voluntaria, y consciente del beneficio que tiene hacerlo, de acuerdo a esta creencia. Esto significa que conduce su vida de acuerdo a la guía que Allah ha enviado, aceptando Sus límites y poniendo en práctica aquellos que Allah ha ordenado. En este caso esta persona es un muslim y mumin (musulmán y creyente verdadero), alguien que está sometido y que actúa de acuerdo a ello. El musulmán que no actúa totalmente de acuerdo está en la primera etapa en la que la creencia no ha penetrado de forma firme en su corazón y la manera de que esto suceda es actuando de acuerdo a lo que sabe y cree.
Esto es algo que se explica en el Corán:
Los beduinos dicen: Creemos. Diles [¡Oh, Muhammad!]: Todavía no sois verdaderos creyentes. Mejor decid que habéis aceptado el Islam, pues la fe no ha ingresado completamente en vuestros corazones. Y sabed que si obedecéis a Allah y a Su Mensajero, vuestras obras no habrán sido en vano [y seréis recompensados por ellas]; ciertamente Allah es Absolvedor, Misericordioso. (Los Aposentos, 49:14)
En este versículo la diferencia entre el estado del muslim y el mumin (el musulmán y el creyente verdadero) es clara. El decir “hemos creído” no es suficiente para cualificar como un creyente sincero sino que nos hace ser musulmanes (estar sometidos). Cuando se empieza a actuar de acuerdo a las obligaciones y límites establecidos por Allah, cuando le mostramos obediencia a Dios y a Su Mensajero Muhammad, que la paz sea con él, que se nos considera musulmanes. Todas las órdenes del Corán están dirigidas hacia “al-ladina amanu”, aquellos que han creído, puesto que es en este estado en el cual uno pone en práctica aquello a lo que se ha sometido.
En otro versículo Allah dice en el Corán:
Ciertamente los creyentes cuando les es mencionado el nombre de Allah sus corazones se estremecen, y cuando les son leídos Sus preceptos reflexionan acrecentándoseles la fe, y siempre se encomiendan a su Señor. Éstos son quienes realizan la oración y dan en caridad parte de lo que les hemos proveído. Éstos son los verdaderos creyentes que alcanzarán grados elevados [acorde a sus obras] ante su Señor, el perdón [de sus faltas] y una recompensa generosa [el Paraíso]. (Los Botines, 8:2-4)
Esto lo podemos también explicar con un ejemplo mundano. Cuando una persona muestra interés y voluntad por los objetivos y metas de un institución y presenta una solicitud para formar parte de esta, se está sometiendo, o aceptando las reglas y metas de esta institución, ya sea una universidad, ONG o similar. Una vez que se une, se le enseña, actúa y práctica lo que esta institución propone, se convierte en un creyente firme en los principios y metas de dicha institución, porque no solo los acepta sino que lo conoce en profundidad y actúa de acuerdo a ellos. Sus acciones son la prueba de que es un creyente firme en esto principios, mientras que mantiene el estado original como simpatizador y parte de esta institución. Pero de otra manera, una persona que muestra interés y se una a dicha institución, pero que no aprende ni pone en práctica lo que esta prescribe para cumplir con las metas y objetivo ¿es este igual que al anterior? Mientras no se atenga al programa y prácticas de la misma no se le puede llamar un verdadero creyente, mumin. Su incremento en conocimiento de la misma y sus acciones mostrarán que su nivel de convicción.
Esta es la razón por la que un creyente firme (mumin) siempre es alguien que acepta y se somete (muslim), pero un alguien que acepta y se somete no es necesariamente un creyente firme (mumin).
El Islam (aceptar y someterse a la realidad de Dios único y sin asociados) no es lo mismo que el Iman, la creencia firme. Indudablemente quien es muslim tiene un grado de creencia, pero esta puede variar dependiendo de, por ejemplo, las razones por las que se ha hecho musulmán. Si estás han sido por motivos externos, como pueden ser el querer casarse con un musulmán/musulmana o el ser aceptado en un entorno social, entonces se presupone un grado de Iman, pero puede que pase un tiempo hasta que este iman (creencia) aumente y se convierta en un verdadero creyente (mumin).
La creencia varía de intensidad en el corazón del creyente
La creencia (iman) es algo que reside en el corazón de cada persona y que no puede ser juzgado de forma externa, por lo que solo uno mismo puede determinar esto. Pero el actúar de acuerdo a los preceptos establecidos por Allah y Su mensajero son un una prueba de que la creencia ha penetrado en el corazón, a pesar de que en ocasiones se puedan seguir cometiendo faltas. La creencia (iman) es de naturaleza variable, es decir, no está siempre en el mismo nivel y a veces puede ser más o menos, como indica el siguiente Hadiz:
Hanzala Usayyidi, quien estaba entre los escribas del Mensajero de Allah, que la paz sea con él, transmitió:
Me encontré con Abu Bakr, este dijo: “¿Quién eres? El (Hanzala) respondió: “Hanzala de ha convertido en un hipócrita”. El (Abu Bakr) dijo: “Glorificado sea Allah, ¿qué estás diciendo?”. A lo que este contestó: “Digo que cuando estamos en la compañía del Mensajero de Allah, que la paz sea con él, reflexionamos sobre el fuego y el Jardín como si los viésemos con nuestro propios ojos y cuando dejamos la compañía del Mensajero, que la paz sea con él, nos dedicamos a nuestras mujeres, nuestros hijos y nuestros negocios; la mayoría de esta cosas (que tiene que ver con la otra vida) se no van de la mente”. Abu Bakr dijo: “Por Allah que a mi me pasa lo mismo”. Por lo que yo (Hanzala) y Abu Bakr fuimos al Mensajero de Allah, que la paz sea con él, y le dijimos: “Mensajero de Allah, Hanzala se ha convertido en un hipócrita”. A lo que el Mensajero de Allah, que la paz sea con él, dijo: “¿Qué te ha pasado?”. Dije: “Mensajero de Allah, cuando estamos en tu compañía, somos recordados sobre el Jardín y el Fuego como si los viéramos con nuestro ojos, pero cuando te dejamos nos dedicamos a nuestras familias, hijos y negocios, gran parte de esto se va de nuestras mentes”. A lo que el Mensajero de Allah, que la paz sea con él dijo: “Por Aquel en cuyas manos está mi vida, si vuestro estado fuese siempre el mismo que cuando estáis en mi presencia y siempre estuvieseis ocupados con el recuerdo de Allah, los ángeles os estrecharían las manos en vuestras camas y en vuestro camino, pero Hanzala, hemos de dedicar tiempo (a los asuntos de este mundo) y tiempo (al recuerdo de Allah y la oración). El Profeta dijo esto tres veces. (Sahih Muslim, 2750)
Lo que este hadiz indica es que la creencia del mumin es también variable y que no siempre está en el mismo estado. Hay ocasiones en las que es más fuerte que otras. También indica que hemos de dedicar un tiempo a atender los asuntos de este mundo y otros tiempo a los asuntos del próximo, y que hemos de procurar hacer esto de tal manera que ambas cosas nos aumenten la creencia.