Por: Sheij Faraz Rabbani
El Corán describe el carácter del Profeta como magnánimo. Sheij Faraz Rabbani explora qué significa esto y cómo obtener un buen carácter.
El Corán se refiere al Profeta directamente diciendo: “Y estás hecho de un carácter magnánimo” [Corán, 68:4]. Este versículo del Corán ha intrigado a los eruditos musulmanes, los primero y y los últimos, especialmente los exegetas del Corán y los maestros del camino espiritual, especialmente porque el Profeta Muhammad, que Allah le bendiga y le dé paz, mismo enfatizó que “solo fui enviado para perfeccionar la buenas cualidades de carácter” [Ahmad] y dijo: “Los creyentes más perfectos en la creencia son aquellos que tienen el mejor mejor en carácter“. [Tirmidhi]
¿Qué es el buen carácter?
El buen carácter, explica Ghazali en su Ihya’, es una disposición interna que hace que uno se incline hacia rasgos internos dignos de elogio y acciones externas dignas de elogio.
¿Cómo se manifiesta el buen carácter?
Ibn Rayab al-Hanbali y otros relatan que la suma de las enseñanzas proféticas es que el buen carácter se manifiesta en cinco asuntos:
(1) Cumplir con los derechos de los demás
(2) Evitar perjudicar o dañar a otros
(3) Ser alegre y positivo en el trato con los demás.
(4) Reconocer el bien de los demás y corresponderlo
(5) Responder al mal de los demás nada más que con lo bueno.
Estas cinco manifestaciones de buen carácter no solo resumen las enseñanzas proféticas sobre el buen carácter, sino que también resumen el propio carácter y conducta del profeta Muhammad.
Primero. En cuanto al cumplimiento de los derechos de los demás, el Profeta, que Allah le bendiga y le de paz, enfatizó que: “Dale a todo el que tenga derecho su derecho debido” [Bujari] y advirtió contra el incumplimiento de los derechos de los demás: “La injusticia se convertirá en oscuridad múltiple en el Día del Juicio”. [Bujari]
Segundo. Evitar hacer perjudicar o dañar a otros es corolario del cumplimiento de los derechos de los demás. Sin embargo, a veces uno puede cumplir los derechos de los demás de una manera que los perjudica; o seguimos el cumplimiento de estos derechos con recordatorios hirientes; o esforzarse por cumplir con los derechos, sin considerar cómo otros pueden sentir o considerar nuestros esfuerzos.
Tercero. Ser alegre y positivo en el trato con los demás. Se ha descrito al Profeta como estando siempre preocupado, pero siempre estaba alegre.
Cuarto. Reconocer el bien de los demás implica agradecer y reciprocar no solo a quienes hacen actos obvios de bien hacia nosotros, sino también reflexionar, considerar y apreciar el bien menos obvio (pero significativo) que innumerables personas hacen por nosotros, tanto directa como indirectamente. Debemos nuestras mismas vidas a nuestros padres. ¿Cuándo les dimos las gracias por última vez? Nuestros maestros, ya sea en la escuela o en la universidad, nos han enseñado mucho. ¿Cuándo les dimos las gracias por última vez? El Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, advirtió que “quién no está agradecido con la gente no está agradecido con Dios“. [Ahmad, Tirmidhi y Abu Dawud]
Quinto. La mayor prueba de carácter es responder al mal de los demás con nada más que lo bueno. Esto pone a prueba nuestro carácter porque el impulso personal sería habitualmente corresponder con lo igual; y nuestro impulso negativo sería afirmarse. Sin embargo, el camino de los profetas es responder con nada más que lo bueno.
Al entrar en La Meca, victorioso
Cuando el Profeta Muhamamad, que la paz y las bendiciones sean con él, entró en La Meca como vencedor, la gente esperaba que buscara venganza por dos décadas de oposición, maldad e injusticia de su pueblo hacía él y sus seguidores. La gente de La Meca tenían miedo, y algunos se apresuraron a declarar que “hoy es un día de matanza”. El Profeta respondió “Hoy es un día de justicia y lealtad“, y los perdonó en un discurso público, diciendo: “Os hablo hoy como Jose habó a sus hermanos: ‘Dijo: No hay ningún reproche contra vosotros; hoy Allah os ha perdonado y Él es el más Misericordioso de los misericordiosos’. [Corán, 12.92] ¡Iros! Porque sois libre“. [Salihi, Subul al-Huda wa’l Rashad]
Un beduino vino una vez al Profeta buscando algo de dinero. Sin presentación ni saludos, dijo: “¡Muhammad! Dame, puesto que no me estas dando tu dinero o el dinero de tu padre”.
A pesar de la grosería del hombre, el Profeta le dio, y le preguntó: “¿Te he complacido?” El beduino respondió: “No, y no me has hecho bien”.
Los musulmanes que los rodeaban estaban enojados y rodearon a los beduinos. El Profeta les indicó que se contuviesen, y entró en su casa.
Pidió que invitaran al beduino. Cuando entró, el Profeta le dio algo de dinero y le preguntó: “¿Estás satisfecho?“. Él respondió: “No”. El Profeta le dio más, y preguntó: “¿Estás satisfecho?”. El beduino respondió: “Sí, estamos contentos”.
El Profeta le dijo: “Viniste a nosotros y nos preguntaste. Te dimos, y luego dijiste lo que dijiste. Como resultado, hay algo en los corazones de los musulmanes con respecto a eso. Si dijeras delante de ellos lo que me has dicho, eso podría eliminar esos sentimientos de sus corazones”. El hombre estuvo de acuerdo, mencionó al Profeta con alabanzas y le agradeció frente a los Compañeros del Profeta. [Salihi, Subul al-Huda wa’l Rashad]
El Profeta no se vio afectado por las palabras de este hombre. Su preocupación era por el bien del hombre mismo y el sentimiento de sus compañeros. ¿Por qué? Esto vuelve a la explicación de porqué el carácter del Profeta fue descrito como “magnánimo” en el Corán.
El imán Junayd al-Baghdadi, una de las principales autoridades de la espiritualidad islámica y otros han explicado que “el carácter del Profeta ha sido descrito como magnánimo porque su preocupación era solo por Dios“. [Qurtubi, Jami Ahkam al-Qur’an] Lo que movía al Profeta era la búsqueda del contentamiento de Su Señor, tanto al actuar como al responder.
Esto también se manifestaba en pequeñas cosas. Una vez una mujer trajo un bebé para que el Profeta lo bendijese. El Profeta lo colocó sobre su pecho y el niño orinó. La madre extendió la mano hacia el niño, ansiosa. El Profeta hizo una señal para que el niño terminara primero. Después de eso, el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, enjuagó la zona con calma. No quería alarmar al niño ni hacer que la madre se sintiera mal.
También se ha relatado que, aunque era la persona más ocupada, las niñas en Medina tomaban la mano del Profeta y lo llevaban a donde fueran, y él no las soltaba hasta que ellas le soltaban. [Bujari, Sahih]
Lecciones sobre misericordia
De esto vemos que el ejemplo profético no es más que una manifestación de misericordia. Y cualquier comprensión de la religión que carezca de misericordia carece de una verdadera comprensión. Después de todo, el Profeta Muhammad, que Allah le bendiga y le dé paz, fue enviado “como misericordia para todos los mundos“. [Corán, 21.107] El Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, hizo hincapié en que, “Solo fui enviado como un regalo de Misericordia“. [Bazzar y Tabarani]
El Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz, también explicó que: “A quiene son misericordiosos el Más Misericordioso les muestra misericordia. Sé misericordioso con quienes están en la tierra y el Señor de los Cielos será misericordioso contigo”. [Tirmidhi y Abu Dawud, de Abd Allah ibn Amr; rigurosamente auténtico] Es una señal del camino de la erudición islámica tradicional que este es el primer Hadiz (enseñanza profética) transmitido tradicionalmente por un erudito a sus alumnos.
Esta misericordia, manifestada en el buen carácter en el trato con las personas, es la prueba y el barómetro de la creencia. Después de todo, “los creyentes más perfectos en la creencia son los de mejore carácter“, como afirmó el Profeta. [Tirmidhi]
Una vez sucedió que algunos no-musulmanes saludaron al Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, con un insulto. Su esposa, A’isha, les devolvió el insulto. Pero el Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, no lo hizo. Por el contrario, él simplemente respondió: “Y sobre vosotros”, que es la respuesta estándar al saludo de “La paz sea contigo”. Luego, le dijo a su querida esposa: “¡A’isha! Allah es gentil y ama la gentileza en todos los asuntos“. [Bukhari, de Ai’sha] Y también enseñó que: “La gentileza no se enceuntra en nada excepto que lo hace hermoso; y la gentileza no se sale de nada, excepto que lo hace feo“. [Muslim y otros, también de A’isha]
La clave de todas las relaciones
El Profeta dejó en claro que la clave de todas las relaciones es esforzarse en el buen carácter y mantenerlo, incluso cuando se es puesto a prueba. Dijo: “Trata con las personas sobre la base del buen carácter” [Tirmidhi] y afirmó que “la tolerancia es el mejor carácter“.
La tolerancia es que uno no se mueva por la ira o las emociones negativas, sino hacer que nuestra respuesta se base en la razón y (para un creyente) la Revelación. La tolerancia es, en última instancia, inteligencia, ya que es la capacidad de responder de la mejor manera a cada situación.
Es esta moderación y preocupación por la excelencia y el bien mayor que subyace en la excelencia de carácter –y eso hizo que el carácter del Profeta Muhammad fuera “magnánimo”-. Son virtudes que cada uno de nosotros haría bien en esforzarse por ellas en nuestras propias vidas y nuestras relaciones, tanto como individuos como comunidades.
Fuente: Healing Hearts / Traducido y editado por newmuslim.net/es