Autor: Shaykh Abdalhaqq Bewley
Satán es en árabe Shaytan y su plural shayatin. En ciertas ocasiones, el singular, Shaytan, se utiliza como sinónimo de Iblis, el primero de los shayatin. Lo primero que debemos hacer es descartar la mayor parte de los mitos que existen sobre el demonio con los que hemos sido acosados a lo largo de nuestras vidas. Para la mayoría de la gente de esta época, Shaytan representa una especie de fuerza maligna de carácter absoluto que libra una batalla permanente contra Dios, el bien absoluto, en una especia de Guerra delas Galaxias de buenos contra malos en la que nunca se sabe quién será el vencedor. Por otra parte es cierto que los shayatin existen y pueden experimentarse de forma muy real como un influencia malévola y negativa en la vida de las personas.
Lo cierto es que los shayatin no son más que otras criaturas, entre las otras muchas que Allah ha creado, y carecen de poder ante la Omnipotencia Divina. Allah les ha otorgado un poder muy limitado para extraviar a los seres humanos, que se dejen hacerlo, del camino y mostrado por la guía por la guía Divina que ha sido transmitido por los profetas y Mesajero de Allah a lo largo de la historia humana. En el Corán hay varios pasajes que hablan de Shaytan –que en árabe tiene también el nombre de Iblis- y que informa de cómo llegó a asumir el papel que le corresponde en la existencia. Uno de esto pasajes más representativos aparece en la Sura al-Áraf:
Y os creamos, os dimos una forma y luego dijimos a los ángeles: ¡Postraos ante Adam! Y se postraron todos, menos Iblis, que no estuvo entre ellos. Dijo: ¿Que te impide habiéndotelo ordenado? Contestó: Yo soy mejor que él; a mi me creaste de fuego, mientras que a él lo has creado de barro. Dijo: ¡Desciende de aquí! En esta lugar no cabe que seas soberbio. ¡Sal de él! Tú serás de los humillados. Dijo: Concédeme un plazo hasta el día en que sean devueltos a la vida. Dijo: Considérate entre los que esperan. Dijo: Puesto que me has extraviado yo les haré difícil Tu camino recto. Después los abordaré por delante y por detrás, por la derecha y por la izquierda y a la mayor parte de ellos no los encontrarás agradecidos. Dijo: ¡Sal de aquí degradado y despreciado! Quien de ellos te siga… Llenaré Yahannam con todos vosotros. (Sura Al ‘Araf, 7:11-18).
Shaytan no tiene ningún tipo de poder sobre los seres humanos, no puede obligarnos ha hacer cosa alguna. Su poder se limita al de la mera sugestión; solo puede provocar impulsos perniciosos e incitar acciones malévolas, cosas que pueden rechazarse o admitir. La cuestión es cómo reconocer la aparición de esos impulsos, estar alerta en su contra y evitar seguir el camino que Shaytan quiere que tomemos.
Fuente: Libro ‘Islam, creencias y prácticas básicas’