¿Qué es la Yizya?

Palacio del Topkapi, sede del gobierno musulmán en el Imperio Otomano

Palacio del Topkapi, sede del gobierno musulmán en el Imperio Otomano

Autor: Shaykh Abdalhaqq Bewley

La yizya es un impuesto que grava a todos los adultos varones no-musulmanes que viven bajo el régimen musulmán.  Del mismo modo que el Zakat, tiene consecuencias que van más allá de su función original como fuente de ingresos para el gobierno musulmán. Su consentimiento y la orden de recaudarlo aparece en el Corán cuando Allah dice:

Combatid contra aquellos, de los que recibieron el Libro, que no crean en Allah ni en el Último Día, no hagan ilícito lo que Allah y su mensajero han hecho ilícito y no sigan la verdadera práctica de adoración; hasta que paguen la Yizya con sumisión y aceptando estar por debajo (Sura At-Tawba, 9:29).

La necesidad que tienen los musulmanes de entender la Yizya como principio legislativo, nunca ha sido tan patente como en nuestros días. Satisface dos funciones de vital importancia al mismo tiempo. Pone de manifiesto, más allá de toda duda, que el gobierno musulmán solo puede estar basado en la adoración de Allah y en la aceptación de Sus leyes contenidas en Su Libro y que son aclaradas y explicadas en la sunna de su mensajero, a quien Allah bendiga y conceda paz. Y prohíbe de forma tajante su sustitución por cualquier premisa o Constitución que se adopte como fundamento estatuario de la sociedad musulmana. Con esta prohibición de asesta un golpe mortal al laicismo que es, de forma abierta o encubierta, la base de casi todos los gobiernos del mundo actual.

El concepto del laicismo se introdujo por primera vez en el siglo XVIII para eliminar la ley Divina de los libros de Derecho; el objetivo primordial era dar rienda suelta a los financieros en su apuesta por conseguir la dominación mundial mediante el uso de las, anteriormente prohibidas por la Divinidad, técnicas financieras basadas en la usura. La base lógica con la que se justificaba el paso hacia la secularización del gobierno, era que haría iguales ante la ley a los seguidores de diferentes creencias religiosas; pero lo que esto implicaba en realidad, además de eliminar la última conexión entre el gobierno y le Revelación Divina, era hacer iguales a todas las religiones y, en consecuencia, negar la verdad religiosa.

La yizya, por el contrario, pone cada cosa en el sitio que le corresponde, afirmando la supremacía del Islam como última Revelación Divina para toda la humanidad y permitiendo al mismo tiempo la existencia de religiones anteriores en la postura subordinad que exige su posterior sustitución por el Islam. La única manera de regular la sociedad humana está relaciona con ver hasta qué punto la gente reconoce a su Señor y acepta vivir según las leyes que ha dictado y que son las únicas que pueden garantizar la justicia y la armonía de la raza humana. Allah explica con todo claridad esta postura cuando, después de una pocas aleyas que siguen a la orden de recaudar la yizya, dice al terminar ese pasaje:

Él es Quien envió a Su Mensajero con la guía y con la práctica de adoración verdadera para hacerla prevalecer sobre todas las demas formas de adoración , aunque les repugne a los asociadores. (Sura At-Tawba, 9:33).

El pago de la Yizya

La yizya es un impuesto que grava a la gente de otras religiones que, sin aceptar el Islam, quieren vivir bajo el gobierno musulmán. El importe del impuesto es cuatro dinares que deben pagar cada año todos los varones adultos. Mujeres, niños, esclavos, dementes, indigentes, monjes, ermitaños y enfermos están exentos de pagar la yizyza. Debe ser recaudado de manera que muestre la sumisión del que la paga; esto significa que no se recauda colectivamente, sino que cada individuo la paga directamente a las autoridades musulmanas. Si alguien está en circunstancias difíciles , el importe de su yizya puede disminuirse según el criterio del dirigente musulmán.

No deja de ser irónico que la gente que considera la imposición de la yizya como algo intolerable ha aceptado,  hace ya mucho tiempo, pagar mayores cantidades de dinero en un proceso que conlleva una humillación mucho más penosa.

A cambio del pago de la yizya, las propiedades y las vidas de los no-musulmanes está protegidas, se les permite poseer lo que deseen, deben comercias según la ley islámica y no pueden ser tomados como esclavos.

Fuente: libro ‘Islam, creencias y prácticas básicas’.

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