Por: Hamza Andreas Tzortzis
En la tradición islámica, adorar a Dios significa conocer, amar, obedecer y dirigir todos los actos de adoración solo a Dios. Obedecer a Dios implica que uno debe temerle. Un creyente debe temer a Dios si quiere estar en un estado de servidumbre y obediencia. Este miedo, sin embargo, no es el tipo de miedo asociado con el miedo a un enemigo o una fuerza maligna. Dios ama y quiere el bien para nosotros. Este miedo es otro tipo de miedo que se asocia con temor a la pérdida, amor y admiración. Cómo lo propone Al-Ghazali, tememos a Dios desde la perspectiva de que tememos perder su amor y complacencia. Para explicar este punto, el siguiente ejemplo puede ayudar:
Imagina que estás caminando por un centro comercial. Observas que una madre regaña a una niña. La niña comienza a llorar y se agarra de la pierna de su madre. La niña pide perdón a su madre y le pide un abrazo. La madre sonríe y le dice a su hija que la estaba regañando para protegerla y asegurarse de que no le pasaba nada malo. El miedo de la niña es el miedo a perder el amor y el placer de su madre. La niña no quiere perder el amor de su madre y hacerla infeliz. Este es el tipo de temor que debemos tener por Dios.
Deberíamos querer obedecer a Dios porque tememos las consecuencias espirituales de la desobediencia. Estos incluyen perder el amor especial de Dios; lo que implica romper la conexión que hemos construido con Él a través de nuestros actos de adoración. La desobediencia es nuestra forma de escapar de la misericordia de Dios, y la ausencia de su misericordia conduce a una terrible morada de sufrimiento auto-infligido; infierno. Al-Ghazali resume este tipo de miedo describiéndolo como un miedo a perder algo que se ama: “Quien ama algo debe temer perderlo. Por lo tanto, el amor no puede ser sin miedo, porque el objeto del amor es algo que se puede perder”.
El Corán menciona el temor de Dios, y este miedo debe entenderse de la manera que acabamos de explicar. Sin embargo, el libro Divino también menciona la conciencia de Dios, conocida como taqwaa en la teología islámica. Una buena traducción del Corán distinguiría los dos términos. Sus significados son diferentes y se superponen. Mientras que el temor a Dios implica temer la pérdida y las consecuencias espirituales de la desobediencia, la conciencia de Dios se refiere a ser consciente y consecuente con la presencia Divina; Él cono lo que hacemos y, como amantes de Dios, debemos querer buscar Su complacencia y amor.
Fuente: Extracto del libro “La realidad divina: Dios, el Islam y el espejismo del ateísmo”. Traducido y editad por newmuslim.net