Sadaqa, Zakat y Waqf: una forma de mejorar la sociedad

El complejo de la mezquita Suleimaniye, en Estambul, es un ejemplo de un Waqf, una sadaqa entregada a perpetuidad

El complejo de la mezquita Suleimaniye, en Estambul, es un ejemplo de un Waqf, una sadaqa entregada a perpetuidad

Por: Redacción

La compasión, la justicia social, el compartir y el fortalecer son algunos de los conceptos incluidos en la ética de la caridad que aparece en el Corán. Esta ética no solo pretende curar las enfermedades sociales, sino que además quiere reflexionar sobre el valor moral y espiritual que va unido a la riqueza, los recursos y el esfuerzo para el bienestar individual o comunitario.

Decir: Creemos en Allah, en lo que se nos ha hecho descender, en lo que se hizo descender a Ibrahim, Ismail, Ishaq, Yaqub y a las Tribus, en lo que le fue dado a Musa e Isa y en lo que le fue dado a los profetas procedente de su Señor. No hacemos distinciones entre ninguno de ellos* y estamos sometidos a Él.  *[En cuanto a creer en unos sí y en otros no.] (Al Baqarah, 2:136)

Los que gastan sus bienes en el camino de Allah se parecen a un grano que produce siete espigas y cada una de las espigas lleva cien granos. Así multiplica Allah a quien Él quiere; Allah es Espléndido y Conocedor.  Los que gastan sus bienes en el camino de Allah y luego no lo echan en cara ni lo acompañan de ningún agravio, tendrán su recompensa junto a su Señor y no tendrán que temer ni se entristecerán. Una palabra conveniente y perdón, es mejor que una limosna acompañada de agravio. Allah es Rico e Indulgente. (Al Baqarah, 2:261-3)

El Profeta, que la paz sea con él, dijo:

“La caridad es obligatoria cada día en las relaciones del ser humano.  Si alguien ayuda a otro a montar a su animal, al ayudarlo a montar o al ayudarle con su equipaje, todo esto estará considerado como caridad. Una buena palabra o cada paso que te lleva a realizar las oraciones obligatorias conjuntas son también caridad; y guiar a alguien en la calle también se considera caridad”. (Sahih Al Bukhari, narrado por Abu Huraira)

El punto de vista del Corán sobre compartir la riqueza y los recursos tiene su raíz en unos ideales fundamentales:

  • No hay una dicotomía entre los cometidos espirituales y materiales. Las acciones permitidas como parte de la creencia están unidas a la condición diaria de la vida en este mundo.
  • La naturaleza, propósito y función del la Umma musulmana. La ‘Umma’ es vista como: “la mejor comunidad que ha surgido en bien de los hombres. Ordenáis lo reconocido, impedís lo reprobable y creéis en Allah”. (La Familia de Imran 3:110)
  • La administración de la riqueza y la propiedad. Aquellos que tengan riqueza son responsables de la manera en que esta es adquirida y gastada.

Estas ideas principales, entre otras, establecen los fundamentos del sentido moral subyacente y la práctica de caridad en el Islam.

La comunidad musulmana

La Ummah no es tan solo una comunidad religiosa. Históricamente, representaba además un contexto donde la moral y los valores sociales de la creencia se llevaban a la acción, a la vez que la comunidad musulmana se expandía a través de la conversión y la conquista. Cuando el dar y la ética se convirtieron en una parte esencial en la evolución de la práctica de los musulmanes, los procedimientos para la recolección y distribución de la caridad individual se fueron institucionalizando.

Según el Corán, la Soberanía pertenece a Dios. El Profeta, que la paz sea con él, sus sucesores, la comunidad e incluso las acciones del estado son el instrumento a través del cual la moral y las ideas espirituales se aplican en la sociedad. Cada individuo en la sociedad es un administrador a través del cual, la moral y la visión espiritual del Corán son llevadas a cabo de manera personal y comunitaria. Son por lo tanto, responsables de cómo utilizan su riqueza y recursos, y tendrán su recompensa si la utilizan para el bienestar social. El Corán resalta la solidaridad social como un medio para conseguir justicia y generosidad (16:90). Se condena a los acaparadores de riqueza (3:180) y se eleva a los virtuosos que emplean de sus riquezas para ayudar a otros (57:18).

La necesidad y el valor de dar se expresan en el Corán con diferentes términos. Estos términos están relacionados unos con otros y se suelen utilizar de forma intercambiable. Los términos más importantes son sadaqa y zakat.  

Sadaqa

Mientras que el término sadaqa, en esta y otras formas, se han interpretado con el sentido de algo voluntario más que obligatorio, en su contexto original, la sadaqa refleja la idea de verdad y rectitud, dando de forma voluntaria.

En el Corán aparecen muchos derivados de la palabra sadaqa. Un pasaje (9:104-5), relaciona el perdón de Dios con la sadaqa, esto muestra su virtud como expiación. También se relaciona el ayuno con la sadaqa (2:196), al realizar actos obligatorios del Hayy (el peregrinaje) si por ejemplo, la enfermedad no te permite acabarlo. Sin embargo, la sadaqa no siempre implica lo material. Puede ser también, un esfuerzo realizado voluntariamente. (9:79)

El Corán es crítico con aquellos que dan para parecer generosos. Dar sadaqa discretamente a aquellos que lo necesitan es mejor que darla para tener reconocimiento (2:271). De hecho, actuar de forma ostentosa en público convierte un acto de caridad en uno de interés propio, por lo que anula o pone en compromiso su valor (2:264).

El Corán no solo muestra la manera en la que utilizar la sadaqa, sino que también especifica quién se debe beneficiar de esta (9:60). Siendo algunos de ellos los que son afligidos por la pobreza o aquellos necesitados que no se valen por sí mismos.

Zakat

Con el tiempo, los términos zakat y sadaqa fueron diferenciados por los juristas musulmanes, y el zakat considerado como una limosna obligatoria. Este sentido no aparece obviado en el Corán, ya que el término se usa de forma intercambiable con sadaqa (Ej. 9:60).

A pesar de que el Corán en ciertas ocasiones el término sadaqa y zakat son casi sinónimos, también se ha hecho claro, por el mismo Corán y las enseñanzas del Profeta, que la paz sea con él, y la práctica de los primeros musulmanes, que el zakat es de carácter diferente, siendo obligatorio una vez al años si se alcanza un mínimo de riqueza.

Como se utiliza en el Corán, el zakat sugiere que al dar nos purificamos a nosotros mismos y a nuestra propiedad; al compartir mejoramos el estado de los demás. Este acto de dar se compara en el Corán con la lluvia que nutre y fertiliza una cosecha, multiplicándola por dos (2:265). La palabra zakat está conectada con otros actos de creencia, ampliando el hecho de caridad y entrelazando los actos de sadaqa y zakat.

El Profeta proporcionó indicaciones para la institucionalización y forma de recoger el zakat. Había que dar dependiendo de tu capacidad, basándose en los recursos obtenidos y las posesiones. Se alaba la generosidad, sin dejar de un lado la necesidad familiar y personal.

Dar está también asociado a la recompensa de Dios en el verso que insta a ofrecer a Dios “un generoso prestamo”, que por la gracia de Dios, será multiplicado muchas veces (2:245;57:11). Dios es el Dador Mayor, por lo que con estos ofrecimientos devolvemos lo que ha venido por Su generosidad.

Donaciones (awqaf)

Entre las instituciones que tuvieron lugar gracias al Profeta, estaban aquellas que mostraban el valor coránico de “dar a dios un generoso prestamo” (73:20; 64:17). Estos actos, en los que se daban recursos, así como tierras o edificios, confiados de por vida como caridad, se convirtieron en una práctica de suma importancia para los musulmanes. Estas donaciones llamadas awqaf (sg. waqf) permitían que el fundador diese más allá de lo que está visible, e incluso más allá de su vida.

Estas donaciones iban a mezquitas, madrasas (centros de enseñanza), hospitales, fuentes y todo aquello que fuera de beneficio público. Muchos musulmanes importantes y muchas mujeres contribuyeron significativamente a través de estos trabajos. Estas acciones y sus beneficios no iban destinados únicamente a los musulmanes. Hay narraciones y versículos coránicos que muestran que tanto musulmanes como no musulmanes podían beneficiarse de los actos y regalos de caridad, al igual que son animados a dar limosna y establecer trabajos de caridad que beneficien a su comunidad. Ciertamente, el waqf llegó a considerarse la verdadera expresión del principio mencionado en el Corán, de gastar hasta lo más preciado para nosotros en el camino de Dios.

La conexión que hay entre los versos coránicos sobre el esfuerzo y el de dar de nuestras riquezas en el camino de Allah y el waqf era tan fuerte que tasbil (poner algo en un camino) se convirtió en sinónimo de tauqif (establecer un wqaf). En el árabe moderno, tasbil no tiene otro significado.

A pesar de la discrepancia entre los juristas, hay un punto en el que todos coinciden, y este es que el principal propósito de waqf es “un buen trabajo” (qurbah, literalmente, “cercanía”) o un acercamiento a Dios (taqarrub).

Estas instituciones se utilizaron tanto en la mayoría de las sociedades islámicas que se convirtieron en un eje importante de unión entre ellas. Incluso los más humildes estaban integrados en la sociedad a través de los waqf. Provenía tanta riqueza de ellas que los awqaf, si eran bien administrados y utilizados para el uso público (y no solo para la riqueza familiar), se podían convertían en instrumentos importantes de la sociedad civil.

Cuando en el siglo 19 y 20, los estado nación tomaron el control de los awqaf a un nivel nunca visto anteriormente en las sociedades islámicas, muchos musulmanes abandonaron esta forma de caridad, dañando así una tradición valiosa y creciente en la sociedad civil del mundo musulmán.

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