Ser agradecido: la esencia de la creencia

El camino espiritual no es un picnic religioso; requiere acción, la acción de la lengua, el corazón y los miembros.

El camino espiritual no es un picnic religioso; requiere acción, la acción de la lengua, el corazón y los miembros.

Por: Imam Zaid Shakir

El Hadith de Yibril (arcángel Gabriel) es considerado por la mayoría de eruditos musulmanes como uno de los textos fundamentales de nuestra religión. Presente, de una forma resumida pero amplia, los fundamentos del Islam. Esto se hace claro porque el Profeta, que la paz sea con él, le dice a Umar, que Allah esté complacido con él, al final del hadith: “¡Oh Umar! ¿Sabes quién era quien preguntaba?” Umar respondió: ‘Allah y su Mensajero saben más’. El Profeta le dijo: “Sin duda era el Angel Yibril, que ha venido a enseñaros vuestra religión’”. (Muslim)

Esta narración se centra en cuatro cosas que son esenciales para nuestra religión: el Islam (la práctica de los musulmanes), el Iman (la creencia), el Ihsan (la excelencia espiritual) y el Sa’ah (el Último Día).

Parafraseando el hadith, podemos decir que el Islam es una religión que demanda de sus seguidores que hagan algo, que crean en algo, que representen algo y que se preparen para algo. Lo que hacemos son los actos devocionales que conforman nuestra religión. Esta es la esencia del Islam en esta contexto particular.

Lo que creemos es aquello que afirmamos como dogma y que ha sido confirmado por los eruditos que han  destilado las enseñanzas proféticas y cuya afirmación es necesaria para que se nos considere musulmán. Esta es la esencia del Iman en el contexto de este hadith.

El estado de excelencia espiritual que el musulmanes ha de alcanzar esta explicado en el contexto del hadith de forma inmediata cuando el Profeta dice: “… Que adores a Allah como se le vieses. Puesto que si tú no le ves, sabes que el sí te ve”. Esta es la esencia del Ihsan.

Por último, si vivimos todo lo mencionado hasta ahora de una forma real en nuestra existencia, nos estamos preparando para el final de los asuntos de este mundo, el Último Día.

Para desarrollar más la idea de que el musulmán tiene que personificar algo y representarlo, podemos añadir que este es un aspecto de la religión que muchos musulmanes no tienen en suficiente consideración. Para ser específicos, la idea de que el musulmán ha de personificar y representar los valores y virtudes proféticas, es algo que mucha gente deja de lado. Las virtudes que el Profeta personificaba y representaba son una manifestación los estados espirituales que había alcanzado.

En otras palabras, su ser era un manifestación del estado de la paciencia. Este realidad ontológica se manifestaba en su carácter en su inigualable paciencia cuando trataba con los demás. Esto es lo que es Ihsan.

El Imam al-Qushayri, en su Risala, menciona algunos de los estados a los que un creyente ha de esforzarse para llegar: el volverse a Allah en arrepentimiento (tawbah), un esfuerzo sincero en la adoración (mujahada), el retiro e independencia espiritual (jalwah o ‘uzlah); la consciencia temerosa de Dios (taqwah), el desapego de las cosas de este mundo (zuhd), la escrupulosidad en su religión (wara’), el silencio (samt), el temor de Dios (jauf), la esperanza de la compasión Divina (raya’), la sobriedad en el corazón (huzn), la supresión de los apetitos de la comida y la bebida (yu’), la humildad (tawadu’), oponerse a los deseos del ego (mujalafa an-nafs), evitar la envidia (hasad), evitar la murmuración (ghaybah), el contentamiento (qana’ah), la confianza en Allah (tawakkul), el agradecimiento (shukr), tener certeza de la realidades divinas (yaqin), la paciencia (sabr), ser cuidadoso sabiendo que Allah te observa (muraqabbah), estar satisfecho con el decreto de Allah (rida), voluntad de servir a Allah (‘ubudiyyah), la convicción sincera de la verdad en el Din (iradah), la consistencia (istiqamah), la sinceridad en todos los asuntos (ijlas), la honestidad (sidq), la vergüenza reverencial (haya’), estar libre del peso de los asuntos mundanos (hurriyyah), el recuerdo constante de Allah (dhikr), la preocupación por los demás (al-Futuwwah), ver las cosas bajo la luz de la verdad (firasa), el buen carácter (juluq), la generosidad (yud), y muchas otras.  (Abi Al-Qasim Al-Qushayri, Al-Risala)

Ser agradecido: ¿cómo?

Una de las más elevadas estaciones mencionadas por el Imam Al-Qushayri, y por muchos otros, es la del agradecimiento (shukr). Para poder esforzarnos por alzanzar esta estación en nuestras vidas, hemos de saber su definición. La definición lingüística de shukr viene de sh-ka-ra, que significa la acción de una animal que pasta y luego se alimenta y engorda por ello.

Así, lo árabes dicen sha-ka-tat al-ibilu, que significa que los camellos pastaron y engordaron a consecuencia de esto. La expresión hisan shakur signifca un caballo que engorda con poco pasto. En general, un animal que es shakur es un animal que come poco pero crece mucho.

Este definición nos revela algo de la naturaleza de una persona agradecida. No hace falta mucho para complacerle. Vemos que una persona que realmente es agradecida aprecia incluso lo que es muy poco. Cuando les damos incluso el regalo más insignificante son profundamente agradecidos y expresan esta gratitud de la forma más amable y con las mejores acciones. Pero quien es desagradecido, no importa cuanto reciban, siempre quieren más y nunca expresan su agradecimiento por lo que han recibido.

De esta manera vemos que el efecto de una bendición en un animal, ya sea por el pasto o el forraje, se materializa en que incrementa su tamaño. Igualmente, el efecto de una bendición concedida por Allah a sus siervos, se manifiesta en la persona agradecida en su lengua, su corazón y sus miembros. La definición técnica en el uso de los eruditos religiosos, como lo expresa Ibn Al-Qayyim Al-jawziyya, del agradecimiento es: “manifestar el agradecimiento por las bendiciones recibidas por Allah en la lengua, con las alabanzas y el reconocimiento; en le corazón a través de atestiguar a quien te ha dado la bendición y amarlo; y con los miembros siguiendo de manera voluntaria su guía y obedeciéndole”.

Esta definición no ayuda a entender que el camino espirtual no es un picnic filosófico. Requiere acción; la accion del corazón, la lengua y los miembros. El conocimiento tiene su lugar. De hecho, tal y como lo dice Imam Al-Ghazali en su Ihya’, es el fundamento de los posteriores actosd e agradecimiento. El Imam dice:

“Debes de saber que el agradecimiento es una de las estaciones de aquellos en el camino hacia Allah. Está (como las otras estaciones) ordenada en torno a las categorías del conocimiento (‘ilm), estado (hal) y acción (‘amal). El conocimiento es el fundamento y origina el estado, mientras que el estado origina la acción. El conocimiento es saber que las bendiciones vienen del Dador de bendiciones (Allah: Al-mun’im). El estado que esto ocasiona es el de felicidad por saber que es Él quien nos ha dado la bendición. La acción es llevar a cabos aquellos que amado por quien nos ha dado la bendición”. (Al Ghazali, Ihya’ ‘Ulum ad-Deen).

El Imam Al Ghazali nos delinea un proceso por el cual el agradecimiento puede convertirse en algo real en nuestras vidas. El fundamento de este proceso es el conocimiento de que toda bendición viene originalmente de Allah. En nuestro mundo cada vez más ‘material’ la gente está perdiendo la conexión con esta gran realidad. Muchos consideran su trabajo duro, su intelecto o su creatividad como la fuente de los bienes que disfrutan. No pueden concebir el papel que juega lo Divino en su buena fortuna.

De esta manera vemos la creciente aversión de los mas ricos de la sociedad a compartir su fortuna con aquellos que no han tenido su ‘suerte’. Cuando se les pide que se involucren en más acciones de beneficencia, escuchamos repuestas como: “Los pobres deberían trabajar duro como he hecho yo…” o “Esa gente tienen que recomponerse a sí mismos y esforzarse como hicimos nosotros…”. La gente que dice estas cosas, puede que reconozcan las bendiciones de las que disfrutan, pero no ven quien les ha dado estas bendiciones. Y, dado que no ven ni reconoces quién les ha dado estas bendiciones, no ven ni reconocen los derechos que este ha establecido sobre su riqueza.

Los varios dichos de los eruditos que hemos visto nos hacen saber que para realmente ser gente agradecida, hemos de ser gente que alaba y adora a nuestro Creador. Cuando el Profeta, que la paz sea con él, fue preguntado por qué pasaba las noches en vigilia en adoración hasta que sus pies estaba hinchados, respondió mientras le caían lágrimas de sus ojos: “¿No he de ser un siervo agradecido?” (Al Bujari). Su agradecimiento se expresaba en su adoración. Este debería de ser nuestro caso.

Una última forma en la que podemos expresar nuestro agradecimiento está reflejada en el nombre de Allah: As-Sahkur. Uno de los significados de este nombre es quien recompensa un poco de esfuerzo humano con una gran cantidad de bendiciones. Un criminal puede entrar en el Islam en un momento y morir al momento siguiente; habiendo hecho solo una buena acción, decir el testimonio de la creencia, se le recompensa con le paraíso. ¿Cómo de pequeña era su acción comparada con la gracia que le concede Allah?

Esto nos debería de recordad que en todas nuestras transacciones y relaciones con el mundo deberíamos esforzarnos por dar más de lo que tomámamos. Esto es especialmente importante cuando el ethos dominante es ‘toma todo lo que puedas y cuando menos des mejor’.

Hemos de reflexionar sobre lo que realmente significa ser agradecidos y hemos de trabajar, en la medida de nuestras posibilidades, para extender las bendiciones y disfrutes de las que disponemos hacia los demás. No solo un día, sino todos los días.


Fuente:  newislamicdirections.com Traducido con ligeras modificaciones editoriales por New Muslims

 

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