Por: Redacción
Hay muchos malentendidos sobre el Corán. Hay quien lo muestra como un libro lleno de violencia y odio que incita a los musulmanes a cometer actos terribles. Aquellos que no han leído el Corán o que no lo entienden lo suficiente, son incapaces de entender su mensaje principal.
El Corán aparte de no inducir a la violencia, nos provee de una guía para lidiar con el mundo y encontrar un objetivo en la vida. Uno de los medios para ello es que el conocimiento y la razón estén en el centro de la búsqueda religiosa. Con otras palabras, uno de los rasgos del Corán es su énfasis en que la razón es un camino para el entendimiento de este mundo y lo Divino.
Uno de los mensajes principales del Corán es la importancia del conocimiento. De hecho, los primero versos revelado al Profeta Muhammad fueron:
¡Lee en el nombre de tu Señor que ha creado! Ha creado al hombre de un coágulo. ¡Lee, que tu Señor es el más Generoso! El que enseñó por medio del cálamo, enseñó al hombre lo que no sabía. (El Cálamo, 96:1-5)
Los primeros versos tratan sobre la habilidad del ser humano de escribir –preservar información- y hablar, y sobre el regalo que son, ya que gracias a ellos los seres humanos están por encima de otras criaturas. Este conocimiento requiere una responsabilidad; los seres humanos deben utilizar su intelecto para comprender la Voluntad Divina.
Según el Corán, Dios ha creado un mundo lleno de señales, ayat (también denomina a los versos del Corán), para que el ser humano piense y reflexione. La creencia no debe basarse únicamente en una fe ciega o la continuación de una tradición; debe estar basada en el conocimiento, reflexión y entendimiento. Dr. Jeffery Lang, profesor de matemáticas y conocido converso del Islam, ha encontrado que en el Corán se menciona la palabra “conocimiento” 854 veces y que se pide a los seres humanos muchas veces que piensen, razonen y reflexionen. Algunos ejemplos son:
Y exaltado sea Allah, el Rey verdadero. Y no te adelantes recitando antes de tiempo aquello del Corán que esté descendiendo sobre tí. Y di: ¡Señor! Concédeme más conocimiento”. (20:114)
Y os ha subordinado lo que hay en los cielos y en la tierra, todo gracias a Él.
Realmente en eso hay signos para la gente que reflexiona. (45:13)Y Él es Quien ha extendido la tierra y ha puesto en ella cordilleras y ríos; y de cada fruto ha hecho su par. La noche cubre al día y ciertamente en eso hay signos para gente que reflexiona. Y en la tierra hay terrenos distintos que son colindantes, jardines de vides, cereales y palmeras de tronco múltiple o simple; todo ello regado por una misma agua. Y hemos hecho que unos (frutos) tuvieran mejor sabor que otros. Es cierto que en eso hay signos para gente que razona. (13:3-4)
Los mensajes que vemos en estos versos no exigen una creencia a ciegas, sino que están basados en la reflexión de señales que percibimos, como por ejemplos los fenómenos naturales, para así poder llegar a la verdadera creencia. La búsqueda del conocimiento no solo se especifica en el Corán, se expresa también en los hadices del Profeta Muhammad.
“Quien recorre una vía buscando en ella conocimiento, Allah le facilitará un camino hacía el Paraíso”.
“Un musulmán no deja de buscar conocimiento hasta que llegua al Cielo”
Estos mandatos del Corán y la tradición profética hicieron que los primeros musulmanes fueran en busca del conocimiento. La ciencia no era contraria a la fe. Es más, estudiar y entender se consideraba una obligación religiosa. A la vez que crecía el territorio donde el establecía, también crecía la sed por el conocimiento.
Es por esto que algunos intelectuales musulmanes no solo resaltan la importancia de la razón en el Corán a los no musulmanes, sino que también se lo recuerdan a los musulmanes como una obligación religiosa. Khaled Abou El Fadl, por ejemplo, en su Conferencia de los Libros: La búsqueda de la belleza en el Islam, argumenta que los musulmanes se han distraído de esta obligación debido a los dogmas, y que para rectificar este estado, deben, al igual que los primeros musulmanes, invertir su tiempo en la búsqueda de conocimiento.
Por lo que, para realmente entender el Corán, uno debe reconocer la importancia de la razón y la oposición de una creencia a ciegas sin reflexiones. La verdadera creencia viene a través del conocimiento.