Una relación fructífera con el Corán (2): ¿Por qué leemos Corán?

Para obtener un relación fructífera con el Corán debes de leerlo sin ningún otro propósito que el recibir la guía de tu Señor,

Para obtener un relación fructífera con el Corán debes de leerlo sin ningún otro propósito que el recibir la guía de tu Señor,

Por: Khurram Murad

Este es el segundo artículo de una serie, para leer la primera parte haz click aquí

Para obtener un relación fructífera con el Corán debes de leerlo sin ningún otro propósito que el recibir la guía de tu Señor, acercarte a Él y buscar Su beneplácito.

Lo que obtienes del Corán depende de aquello por lo que vas a él. You niyyah (intención, propósito) es crucial. Lo cierto es que el Corán has sido enviado como una guía, pero puede que haya gente que al leerlo se extravíe aún más por ser su intención y motivos perversos.

Así extravía Él a muchos y así también dirige a muchos. Pero no extravía así sino a los perversos. (Corán, 2:26)

El Corán es la Palabra de Allah, por lo que requiere tanta exclusividad de intención y pureza como lo requiere la adoración.

No lo leas simplemente como un ejericico intelectual o por entretenimiento, aunque debes de usar tu intelecto para entender el Corán. Muchas gente pasa toda una vida estudiando el lenguaje, el estilo, la historia, la geografía, las leyes, la moral y la ética del Corán, pero no son afectados por su mensaje. El Corán menciona regularmente a gente que tiene conocimiento pero que no deriva ningún beneficio de él.

Tampoco debes acercarte al Corán tan solo buscando encontrar apoyo a tu puntos de vista, nociones y doctrinas. Porque si lo haces, puede que escuches en él el eco de tu propia voz, y no la de Dios. Esta forma de interpretar el Corán y de acercarse a él ha sido condenada por el Profeta, que la paz sea con él, cuando dijo:

“Quien quiera que interprete el Corán de acuerdo a su opinión personal tomará un lugar en el fuego”. (At Tirmidhi)

No hay nada que sea más desafortunado que usar el Corán para asegurarte un nombre, un estatus, una fama o dinero en esta vida. Puede que lo obtuvieses, pero estarías cambiando un tesoro por algo que no vale nada, incluso arruinando tu eternidad por el ahora. Es así que dijo el Profeta, que la paz sea con él, que aquel que estudia, recita y enseña el Corán por la ganancia de la vida de este mundo será arrojado al fuego.

Puede que también obtengas otros beneficios de las palabras del Corán, tal y como la cura de enfermedades físicas, la tranquilidad psicológica o la protección contra la pobreza. No hay mal en esto. Pero una vez más, esto no debe de ser el único fin y razón que buscas en el Corán. Porque, al conseguir estos, puede que pierdas todo un océano.

La lectura de cada letra del Corán trae consigo inmensas recompensas. Permanece consciente de estas recompensas y hazlas el objeto de tu intención, puesto que ellas te proveeran de los incentivos necesarios para pasar toda tu vida junto al Corán. Pero no olvides que se ha prometido una mayor recompensa en esta vida y en la próxima a quien reflexiona, entiende y sigue el Corán. Esto es lo que debes de buscar.

No solo tu propósito ha de ser puro, sino que, una vez que tienes al Corán junto a ti, tanto el texto como la encarnación de este en la Sunnah, no debes de buscar ninguna otra fuente de guía. Puesto que esto sería como perseguir espejismos. Significaría una falta de confianza en el Corán.

Nada te acerca más a tu Señor que los momentos que pasa con Sus Palabras. Puesto que es solo en el Corán donde disfrutas del regalo único de escuchar Su ‘voz’ dirigiéndose a ti directamente. Haz que tu motivo a la hora de recitar el Corán sea un deseo intenso de acercarte a Allah.

Por último, tu intención debe estar puesta solo en obtener el beneplácito de tu Señor dedicando tu corazón, mente y tiempo a la guía que te ha mandado. El resultado de esto es el sometimiento a Allah, solo a él, la obtención de la libertad y la ganancia de la última vida:

Hay hombres que se entregan buscando la complaciencia de Allah. Y Allah es espléndido con Sus siervos. (Corán; 2:207)

El propósito y la intención es como el alma de un cuerpo, la capacidad interna de una semilla. Muchas semillas parecen iguales, pero cuando empeizana  crecer y dar frutos se hacen aparentes sus diferencias. Cuanto más elevado y puro sea tu motivo, mejores será el valor y los resultados de tus esfuerzos.

Por lo que pregúntate siempre: ¿Por qué estoy leyendo el Corán? Y recuérdate constantemente porque deberías de hacerlo.


Fuente: Libro del autor ‘El camino hacia el Corán’, traducido por New-Muslims.info

Related Post