El día que muera – Imam Omar Suleiman

Por: Imam Omar Suleiman

El día que muera es una reflexión de Imam Omar Suleiman sobre nuestro funeral, cómo nos gustaría que fuera y luego construir una vida que lleve a ello. 

El Imam Ahmad Ibn Hanbal (que Allah esté complacido con él) en medio de la tortura que soportó a manos de sus opresores solía decir: baynana wa baynahum aljanaa’iz, que significa “la diferencia entre nosotros y ellos se mostrará en nuestros funerales”. El hombre que instigó la desviación ideológica que condujo a su tortura fue un juez llamado Ahmad Ibn Abi Du’ad.

En el momento en que el Imam Ahmad Ibn Hanbal hizo estos comentarios, parecía que él moriría deshonrado en una mazmorra, pero Ahmad Ibn Abi Du’ad tendría un funeral de estado con miles de dolientes. En cambio, el Imam Ahmad perseveró en su lucha, fue abrazado por el pueblo y honrado por Allah con la Janazah (oración fúnebre) más grande jamás conocido por los árabes con millones de personas llegando de todas partes. Ahmad Ibn Abu Du’ad fue apartado a un lado y enterrado sin que nadie asistiera a su janazah por repulsión.

Después de haber dicho esto, a veces las personas justas mueren solas y las personas malvadas tienen grandes despedidas. Hay personas como Uzman Ibn Affan (que Allah esté complacido con él) que fue asesinado por la gente de la Fitnah y luego enterrado por la noche lejos de la gente por temor a los gran cantidad de gente que se habría reunido para su janazah y potencialmente movilizado contra sus opresores. Pero puede ser que Allah subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea Él) inspiró al Imam Ahmad con la visión de su victoria en esta vida antes de la próxima. Sin embargo, para explicar un poco su declaración, permítanme reflexionar:

Un hombre sabio me dijo una vez:

“Pon siempre tu funeral frente a ti y y piensa hacia atrás para construir tu vida en consecuencia”.

Ante la muerte de personas justas, este consejo siempre aparece en mis pensamientos. Cuando una persona fallece, generalmente solo se dirán cosas buenas de ella. Pero es importante prestar atención a dos aspectos sobre esas cosas buenas que se dicen:

1. ¿Hay congruencia en la buena cualidad particular que se atestigua sobre el fallecido?

2. ¿Son estas buenas cualidades atestiguadas realmente verdad para el difunto?

La primera pregunta trata de la consistencia de carácter, la segunda de la sinceridad de intención que solo es conocida por el Creador y Su siervo. Con respecto a la primera, tomemos como ejemplo a nuestra hermana Hodan Nalayeh (que Allah tenga piedad de ella) que fue asesinada trágicamente la semana pasada en un ataque terrorista en Somalia. Todos los que han hablado sobre ella dijeron prácticamente lo mismo sobre cómo interactuaba con ellos y/o los beneficiaba. Hay una armonía completa de todos los testimonios sobre ella. Y en este caso, todos nos convertimos en testigos de nuestra hermana el día del juicio, dando testimonio de su buen carácter.

Para muchos que fallecen, ni el fallecido ni la comunidad aprecian completamente la forma en que este beneficiaba a otros hasta ese día. Fue narrado que cuando Zainul Abideen Ali Ibn Al Husayn (que Allah esté complacido con ellos), el bisnieto del Profeta, ṣallallāhu ‘alayhi wa sallam (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), falleció, tenía marcas en los hombros de las bolsas que solía llevar a las puertas de los pobres por la noche cuando nadie más miraba. Las narraciones afirman que la gente de Madinah solía vivir de su caridad sin conocer la fuente hasta su muerte.

¿Cuántas personas te extrañarán cuando mueras por la alegría que trajiste a sus vidas? ¿Cuántos fueron los que consolaste cuando otros los abandonaron? ¿Cuántos en los que gastaste cuando fueron privados por otros? ¿Cuántos los que defendiste cuando fueron oprimidos por otros?

¿Te extrañará tu familia debido a una cama vacía en el hogar o a un profundo vacío en sus corazones? ¿Será solo la pérdida de tu gastos lo que los entristezca, o la pérdida de tu sonrisa? ¿Será solo la pérdida de la estabilidad que les proporcionabas o la pérdida de tu servicio y sacrificios por ellos?

Pero a Zainul Abideen no le importaba que los destinatarios de su ayuda supieran que él era la fuente, porque estaba totalmente en sintonía con su verdadera fuente Divina. No quería que se lo agradecieran en este mundo, sino en el próximo. No quería el elogio, quería la eternidad.

Él entendió que si te distraes con el encanto de este mundo, simplemente te convertirás en él. Concéntrate en mejorar el futuro del que no puedes escapar, en lugar del presente que no puedes dictar. Concéntrate en la entrevista con Aquel que no necesita currículum, en lugar de los juicios de aquellos que son tan desechables como tu.

“Oh Allah, ha que lo mejor de mi vida sea su final, y mi mejor acción sea aquella con lo que sello [mi vida], y el mejor de mis días el día que te encuentre”. (Dua’ de Abu Bakar as-Siddiq)

Lo que nos lleva al segundo aspecto de tu funeral, la sinceridad del bien por el que te elogian. El Profeta (la paz sea con él) dijo: “aumenta tu recuerdo del destructor de placeres“. La muerte solo destruye los placeres temporales de este mundo, no el placer del Más Misericordioso en el próximo. Mantener esto en perspectiva te ayudará a trabajar hacia ello sin distraerte. Si es el elogio de las personas lo que buscas, eso es tan temporal como el mundo que ocupa tanto tu vehículo mundano, es decir, tu cuerpo como tus compañeros en este mundo que perecerán poco después de ti.

El Profeta (la paz sea con él) mencionó al que fallece y al que la gente le prodiga alabanzas que no merece. En una narración en Al Tirmidhi, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “Nadie muere y se paran sobre él llorando y diciendo: “¡Oh, qué gran hombre era! ¡Oh, qué honrado era!”, excepto que dos ángeles son nombrados para que lo llamen y diga: ¿Eres realmente tú?“.

Pero si era la alabanza de Allah lo que buscabas, los actos que realices te esperarán en tu tumba en forma de adornos celestiales. Aquellos que eran conocidos por la comunidad, aquellos que solo unos pocos elegidos conocían, y aquellos que no eran conocidos por nadie más que Allah y tu.

Que Allah nos dé a todos un buen final y una mejor eternidad.


Fuente: Muslim Matter / Traducido y editado por newmuslim.net

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