Por: Redacción
Ihsan es un término que escuchamos a menudo y del que se habla en los Hadices y el Corán; de hecho, es un concepto que tiene un gran importancia en nuestra vida y creencia como musulmanes. Pero, ¿qué es el Ihsan? ¿Qué significa y como lo ponemos en práctica?
El significado de Ihsan
Lingüísticamente, Ihsan deriva del verbo ahsana, que significa hacer las cosas mejor y de una manera excelente. Por lo tanto, el significado lingüístico literal de Ihsan es hacer algo de la mejor manera, es la excelencia y aquello que es bueno.
Pero en términos de cómo esto se aplica a nuestras vidas, nuestro Profeta Muhammad, que la paz sea con él, lo explicó mejor en el famoso Hadiz de Yibril. En este Hadiz, Yibril (as), tomando la forma de un hombre se acercó al Mensajero de Allah mientras sus compañeros estaban presentes y procedió a hacerle preguntas sobre el Din. La tercera pregunta que hizo fue: “¿Qué es Ihsan?”. A lo que el Profeta Muhammad, que la paz sea con él, respondió:
“Ihsan es adorar a Allah como si lo vieras, porque aunque no lo veas, Él te ve a ti”. (Sahih Muslim)
Esta es una declaración tan simple, pero al mismo tiempo profunda. ¿Qué significa adorar a Allah como si lo viéramos?
Si pudiéramos contemplar la faz Allah (swt), estaríamos tan maravillados por su grandeza y majestad, que no solo adoraríamos porque tenemos que hacerlo, sino porque queríamos y no podemos no hacerlo. Nada sería más importante en ese momento que mostrar nuestra absoluta humildad frente al Señor de los mundos. Este celo por nuestra adoración es lo que significa lograr Ihsan.
En este punto hemos de puntualizar que para el musulmán, toda su vida puede ser una forma de adoración. La oración, así como las otras acciones obligatorias y voluntarias, toman una parte de nuestro día, pero ¿y qué es del resto? Allah dice que no ha creado a los hombre y a los genios excepto para que le adoren. Por lo tanto, nuestra vida entera tiene ese significado y propósito. De esta manera, cuando trabajamos, cuidamos de nuestras familias, ayudamos a otros, o incluso cuando dormimos o tenemos relaciones con nuestras esposas o esposos, todo esto puede ser una forma de adorar Allah.
Por lo tanto la excelencia, el Ihsan, lo buscamos primero en aquellos actos de adoración como la oración. Pero esto es extrapolable a toda nuestra vida. Y, en última instancia, el Ihsan significa vivir nuestra vida como si viéramos a Dios y por esto buscando la exelencia en lo que hacemos.
Hay muchos otros hadices relacionados con la importancia de lograr esta excelencia.
“Allah ama que cuando hagáis un trabajo, lo realicéis con excelencia” (Narrado por Al Bayhaqi)
“Allah ha prescrito el Ihsan en cada asunto”. (Muslim)
Allah nos está llamando claramente a buscar la “excelencia” en todo; excelencia en las observancias espirituales de uno, excelencia en las relaciones con los demás, ya sea este sea musulmán o no, independientemente de si son humanos o no. Allah ha hecho de esto una obligación para nosotros.
Pero a pesar de la importancia dada al esfuerzo por la excelencia en todas las cosas, esto puede ser muy difícil en la sociedad en la que vivimos hoy. Aquellos que vivimos en Occidente, vivimos en un ambiente predominantemente secular, donde no hay idea de rendición de cuentas a un ser superior. A lo sumo, la gente quiere cumplir con la ley y, a menudo, ¡incluso eso no es un elemento disuasorio! Cuando no estamos en una atmósfera de personas que se esfuerzan por vivir sus vidas de acuerdo a los mandatos de Dios, esto puede dificultarnos hacer las acciones más básicas, y mucho menos hacer un esfuerzo adicional.
¿Cómo podemos revitalizar nuestra ibadah (adoración) y nuestras actividades diarias a través de la búsqueda de la excelencia, el Ihsan?
El desarrollo del Ihsan, la excelencia
Además de la definición básica de Ihsan de la que hemos hablado, esta idea se puede dividir en cuatro componentes con los que podemos trabajar de una forma más práctica.
Sinceridad (Ijlaas)
Para decirlo de una forma, debemos esforzarnos para que cada acción que realicemos sea únicamente por el bien de Allah (swt), y no por ningún otro motivo. Todos conocemos el famoso Hadiz que dice que “las acciones se juzgan por sus intenciones”, por lo que es esencial para nosotros buscar el ihsan, pero también también sinceros y no pensar en ningún beneficio que pueda traer esta acción. A menudo, sin darnos cuenta, podemos desviarnos de esto al pensar en cómo reaccionarán otras personas ante una determinada acción que hacemos o cómo mejorará nuestra propia reputación. Esto se ha exacerbado en los últimos años con el auge de las redes sociales. A medida que ponemos nuestras vidas a la vista del mundo, a veces podemos sentir la tentación de hacer buenas obras en aras de publicitarlas. Para evitar esto, debemos seguir nuevamente los consejos de Profeta Muhammad, que la paz sea con él, y ocultar nuestras buenas acciones, salvaguardar nuestra intención y purificar nuestras acciones.
Integridad
Esto se entiende como no elegir y tomar las partes del Islam que elegimos practicar. A veces podemos sentir la tentación de comprometer aspectos del Din, especialmente en un clima de escrutinio elevado del Islam y donde muchas prácticas se etiquetan como “extremas”. Pero a pesar de esta presión, no debemos tener miedo de practicar nuestro Din debido a las etiquetas. Debemos permanecer fuertes y firmes en nuestra convicción de obedecer a Allah en todos los aspectos.
Complacencia
Esto se refiere a hacer actos de adoración de una manera agradable y enorgullecerse de realizarlos. Hay tantas acciones encomendadas en el Islam, particularmente en la ibadah, que a veces podemos caer en hacerlo de forma apresurada. Para lograr el verdadero ihsan, debemos dedicar ese tiempo extra a realizar acciones de la mejor manera posible. Un ejemplo es el Salah. Es fácil olvidar que cuando hacemos la oración, literalmente estamos frente a Allah (swt) y nos dirigimos solo a él. Cuando pensamos en estar frente a nuestro Señor, debemos procurar tener nuestra mejor presencia y prestarle nuestra máxima atención. Deberíamos tratar de prepararnos para el Salah y asegurarnos de que llevamos ropa limpia, olemos frescos y limpios y que estemos en un ambiente donde no nos distraigamos. Esto aumenta automáticamente nuestro jushu’, porque no se ha convertido en una acción que simplemente hacemos en el día, sino en un evento en nuestro día, nuestro día se ha programado alrededor de él.
Corrección
Esto se refiere a hacer las cosas de la manera correcta, y por “correcto”, nos referimos específicamente a la forma en que Allah (swt) nos ha encomendado. No abandonamos las acciones que nos prescribió y no agregamos nada extra. No usamos nuestra propia mente para decidir qué está bien y qué está mal, qué es importante hacer y qué no, solo buscamos a Allah para esta definición, ya que solo Él es ilimitado en conocimiento.
Todos estos factores pueden resumirse en una idea simple: Ihsan es cuando nuestras acciones son obra del amor, no simplemente un deber. Esto solo puede resultar de una sensación interna de estar ante Allah en todo momento y del amor eterno por Él.
La recompensa del Ihsan
Abu Hurayrah (ra) transmitió que el Mensajero de Allah, que la paz sea con él dijo:
“Cuando uno de ustedes alcanza el nivel de excelencia en la creencia, entonces cada buena acción se multiplica para él desde diez veces hasta setecientas veces; y cada pecado se registra como uno solo, hasta que se encuentra con Allah” [Muslim].
El peso de nuestras acciones lo veremos el día en que nos sea entregado nuestro libro y nuestras acciones pesadas en la balanza. Ese día no alegraremos tremendamente de que nuestras buenas acciones superen a nuestras malas acciones.
Pero la recompensa del Ihsan no solo están reservadas para la próxima vida, como nos dice Allah (swt) en Surah Rahman, versículo 60:
“¿No es el Ihsan (el bien, la excelencia) la recompensa del Ihsan?”.
Esta pregunta retórica es asombrosa en una miríada de niveles.
En primer lugar, Allah (swt) enfatiza cómo aquellos que se esfuerzan sinceramente en la Causa de Allah y logran el ihsan tanto en su adoración como en sus actividades cotidianas serán recompensados por este nivel de excelencia al ser bendecidos por Allah (swt) con la dulzura de la creencia. La conciencia de Dios será continua, y todo lo que estos hagan estará orientado a un propósito superior. Habrán alcanzado el ihsan y, a cambio, sentirán ihsan en sus corazones.
En segundo lugar, aquellos que se esfuerzan sinceramente en la causa de Allah para alcanzar el ihsan serán recompensados por esta excelencia al ser bendecidos por Allah (swt) con el contentamiento en este mundo.
Aquellos que se esfuerzan sinceramente en la Causa de Allah y logran el ihsan tanto en su adoración como en sus actividades cotidianas serán recompensados por esta excelencia al ser bendecidos por Allah (swt) con el éxito final, el Ihsan definitivo, el del Yannah (Jardín).
Aquellos que se dan cuenta del valor del ihsan, que alcanzan y se esfuerzan y trabajan por el ihsan, que nutren sus raíces y arreglan su tronco para producir abundante y sorprendente fruto, serán recompensados con la forma de ihsan de Allah: la dulzura de la creencia, el contentamiento en este Dunya (mundo), y el máximo éxito en el Akhira (la próxima vida).