Definición de la Unidad Divina (2 de 2)

Definición de la Unidad Divina (1 de 2)

Definición de la Unidad Divina (2 de 2)

Autor: Muhyi’d-Din ibn ‘Arabi

Así pues, en la existencia no hay obediencia o desobediencia, beneficio o pérdida, libre o esclavo, frío o caliente, vida o muerte, logro o abandono, día o noche, ecuanimidad o parcialidad, tierra o mar, par o impar, sustancia o accidente, salud o enfermedad, alegría o tristeza, forma o espíritu, luz u oscuridad, cielo o tierra, obra o abandono, muchos o pocos, rama o raíz, blanco o negro, suelo o vigilia, externo o interno, quieto o móvil, seco o mojado, superficie o núcleo, o cualquiera de estas relaciones opuestas, diferencias y similitudes excepto lo que desea Allah el Grande.

¿Cómo podría ser de otra manera cuando ha sido Él Quien lo trajo a la existencia? ¿Cómo puede existir lo elegido a no ser porque ha sido querido? No hay forma de impedir Su mandato ni de modificar Su juicio.

“Da el dominio quien quiere y se lo quita a quien quiere. Y ensalza a quien quiere y humilla a quien quiere” (Sura de la Familia de Imran, 3:26).

“Es cierto que Allah extravía a quien quiere y guía a quien quiere” (Sura al-Fatir, 35:8).

Lo que Él quiere que sea, es. Lo que Él no quiera que sea, no es.

Si todas las criaturas se juntasen para querer algo que Allah no quiso que quisieran, no podrían hacerlo de ninguna manera. Lo quieren cuando Él quiere que lo quieran, y de no ser así no lo harían, no podrían hacerlo ni tendrían poder para hacerlo.

La creencia y la incredulidad, la obediencia y la desobediencia son por Su deseo, sabiduría y voluntad. Él está descrito con esta voluntad desde antes del tiempo.

El universo no existía, no estaba en la existencia, a pesar de estar fijado en su fuente en el conocimiento.

Y luego, sin reflexión ni pensamiento, Él trajo el universo a la existencia. Y la reflexión y el conocimiento no Le dieron el conocimiento de lo que no sabía. ¡Él es demasiado majestuoso para tal cosa! Él trajo el universo a la existencia a partir de su conocimiento previo, y la determinación del deseo puro y preeterno que exigía lo que contiene el universo en lo que respecta al tiempo y al espacio, seres y colores. La verdad es que en la existencia no hay nada que pose voluntad excepto Él, ya que Él, glorificado sea, dice: “Pero no querréis a menos que Allah quiera” (Sura del Hombre, 76:30) y (Sura del Arrollamiento, 81:29).

Conforme Él conoce, así determina. Él desea y así adjudica. Él decreta y trae a la existencia. ÉL oye y ve todo lo que en la humanidad se dice, se mueve o permanece quieto, desde los mundos más bajos a los más elevados. La distancia no vela Su escucha, porque Él está Cercano. La cercanía no vela Su visión, porque Él está Lejano. El oye al individuo cuando habla consigo mismo y el sonido del roce más suave. Él ve oscuridad en la oscuridad y agua en el agua. No Le velan ni la combinación, ni la oscuridad ni la luz. “Él es Quien todo lo oye, Quien todo love”.

Él habla pero no a partir de un silencio previo o una quietud imaginaria, sino con un lenguaje intemporal y preeterno, tal y como ocurre con Sus atributos: conocimiento, voluntad y poder. Él le habló a Musa, la paz sea con Él.

Él lo llamó “Revelación”, los Zabur (Salmos) la Torá y el Inyil. Carece de letras, voces, notas o lenguajes. Él es el creador de voces, letras y lenguajes.

Su habla en sin úvula o lenguaje, del mismo modo que Su escucha carece de prólogo auditorio u orejas, Su vista de ojos o párpados, Su deseo sin que exista un corazón, Su conocimiento sin la exigencia o la investigación de la pruebas y Su vida sin la energía del interior del corazón que se produce con la mezcla de los elementos. Su esencia no admite incremento o disminución.

¡Glorificado sea! ¡Glorificado sea! Cercano a lo lejano, inmenso en poder, con una claridad que todo lo abarca y un favor enorme. Todo lo que es otro-que-Él surge de Su generosidad, favor y justicia. El expande y contrae.

Él perfecciono la confección del universo que Él mismo había originado cuando lo trajo a la existencia. En Su dominio, Él no tiene socio alguno y en Su reino no tiene ayudante.

¡Glorificado sea! ¡No hay hacedor excepto Él! No hay nada que exista por sí mismo o de sí mismo excepto Él. “Allah os ha creado a vosotros y a lo que hacéis” (Sura de los que se Ponen en Filas, 37:96). “A Él no se le pedirán explicaciones de lo que hace, pero ellos sí serán preguntados” (Sura de los Profetas, 21:23). “Allah está en posesión de la prueba irrefutable y si quisiera os guiaría a todos” (Sura de los Rebaños, 6:149)

Fuente: Libro ‘Islam: creencias y prácticas básicas‘.

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