Jesús a través de los ojos de un musulmán (1/2)

por: Tarif Khalidi

Jesús y Muhammad

En el año 630 DC, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) logró uno de sus objetivos más preciados: la ocupación de Meca y la posterior limpieza de la ciudad del culto a los ídolos. Fue una victoria política y religiosa de inmensa importancia. Meca había sido declarada el centro de la nueva fe; su conquista fue, por lo tanto, el cumplimiento de una promesa divina.
Al entrar en la Ka’ba, la estructura cuadrada que albergaba los ídolos de la ciudad, Muhammad (la paz sea con él) ordenó que todos los íconos fueran destruidos. Uno de los íconos que había, entre la gran diversidad de iconos de divinidades que hubo de ver, era una Virgen y un niño. Acercándose al ícono cristiano, Muhammad (la paz sea con él) lo cubrió con su manto y ordenó que todos los demás fueran eliminados, excepto ese.

¿Realidad o ficción? La pregunta es irrelevante. El relato que cité tiene al menos 1200 años de antigüedad y, por lo tanto, pertenece a algunos de los estratos más antiguos de la literatura histórica musulmana.

Una relación muy antigua

Lo que este episodio ilustra es el hecho de que entre el Islam y la figura de Jesús existe una tradición literaria que abarca un milenio y medio de relación histórica continua: una preocupación con Jesús que bien puede ser única entre las grandes religiones no cristianas del mundo. Para hacer justicia a este relato, necesitaría un marco más amplio del que tengo disponible hoy, sin embargo, espero poder realizar un esquema de esa relación señalando algunos de los momentos más importantes.

Jesús en el Corán

El Corán es el texto axial de la civilización islámica, y es, por supuesto, donde debemos comenzar para saber las apariciones más antiguas de Jesús en el Islam. Aproximadamente un tercio del texto coránico se compone de narraciones de los primeros profetas, la mayoría de ellos bíblicos. Entre estas figuras proféticas, Jesús destaca como el más enigmático. El Corán reescribe la historia de Jesús más radicalmente que la de cualquier otro profeta, y al hacerlo lo reinventa. La intención es claramente alejarlo de las opiniones que tienen los cristianos sobre él.

El resultado es sorprendente para un lector u oyente cristiano. El Jesús del Corán, más que cualquier figura profética equivalente, se coloca dentro de un argumento teológico en lugar de dentro de una narración. Él es muy diferente respecto a su imagen en el Evangelio. No hay Encarnación, ni Ministerio ni Pasión. Su divinidad es negada enérgicamente por él o por Dios directamente, al igual que se niega su crucifixión. Un cristiano puede preguntar, ¿qué es lo que queda de él si se niegan todos estos atributos esenciales asociados a su imagen?

Jesús, heraldo del Islam

Jesús reinterpretado por el Corán destaca, una y otra vez, como un profeta de una importancia muy especial. Exclusivamente entre los profetas, se le describe como un milagro de Dios, se dice de él en un aya; él es la palabra y el espíritu de Dios; él es el profeta de la paz por excelencia; y, finalmente, es él quien predice la llegada de Muhammad (la paz sea con él) y, por lo tanto, uno podría decir que es el heraldo del Islam.


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Fuente: bbc.co.uk. Traducido y editado por la redacción de NM.

 

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